Incapacidad Permanente por Enfermedad Renal Crónica

La enfermedad renal crónica (ERC) es una afección debilitante que puede tener un impacto devastador en la capacidad de una persona para trabajar y mantener una vida independiente. Cuando los riñones dejan de funcionar adecuadamente, la acumulación de toxinas y líquidos en el cuerpo puede provocar una amplia gama de síntomas incapacitantes, desde fatiga extrema hasta cambios cognitivos y problemas respiratorios. En casos graves, la diálisis o el trasplante de riñón se vuelven necesarios, lo que a menudo hace imposible que el paciente mantenga un empleo regular.

En este artículo, exploraremos en profundidad los criterios y procedimientos para reclamar una incapacidad permanente por enfermedad renal crónica, brindando a los lectores una guía integral para obtener el apoyo económico que merecen.

Entendiendo la Insuficiencia Renal Crónica

La insuficiencia renal crónica, también conocida como enfermedad renal crónica, es una afección en la que los riñones pierden gradualmente su capacidad para filtrar adecuadamente los desechos y el exceso de líquido de la sangre. A medida que la función renal se deteriora, se produce una acumulación de toxinas y líquidos en el cuerpo, lo que puede provocar una amplia gama de síntomas debilitantes.

Incapacidad Permanente por Enfermedad Renal Crónica
Incapacidad Permanente por Enfermedad Renal Crónica

Las principales causas de la insuficiencia renal crónica incluyen:

  • Diabetes: El nivel elevado de azúcar en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos en los riñones, afectando su capacidad de filtración.
  • Hipertensión arterial: La presión arterial alta puede causar daños a los riñones, reduciendo su eficiencia.
  • Enfermedades autoinmunes: Trastornos como el lupus eritematoso sistémico y la enfermedad de Goodpasture pueden atacar y dañar los riñones.
  • Infecciones del tracto urinario: Las infecciones recurrentes pueden causar un deterioro progresivo de la función renal.
  • Consumo de ciertos medicamentos: Algunos fármacos, como antibióticos y antiinflamatorios, pueden tener efectos perjudiciales sobre los riñones.
  • Enfermedades hereditarias: Trastornos como la poliquistosis renal pueden transmitirse genéticamente.

Etapas de la Insuficiencia Renal Crónica

La insuficiencia renal crónica se clasifica en cinco etapas, cada una con un nivel de gravedad y de afectación funcional diferente:

Etapa 1

En esta etapa, la capacidad de filtración de los riñones se mantiene en niveles cercanos a la normalidad, con una tasa de filtración glomerular (TFG) igual o superior a 90 ml/min. Aunque puede haber daño o limitaciones, estas suelen ser leves.

Etapa 2

La enfermedad se agudiza en esta etapa, con una TFG entre 60 y 89 ml/min. Las limitaciones pueden ser algo más pronunciadas, pero aún no son severas.

Etapa 3A

En esta fase, la TFG se sitúa entre 45 y 59 ml/min, lo que se traduce en limitaciones físicas relativamente poco intensas.

Etapa 3B

Cuando la TFG se encuentra entre 30 y 44 ml/min, los síntomas graves y agudos comienzan a agravarse.

Etapa 4

En esta etapa, la capacidad de filtración de los riñones se reduce significativamente, con una TFG de entre 15 y 29 ml/min. Es común que en esta fase se inicie el tratamiento con diálisis.

Etapa 5

Si la TFG cae por debajo de los 15 ml/min, se considera que la persona se encuentra en la etapa 5 de insuficiencia renal, lo que requiere un tratamiento sustitutivo urgente.

Síntomas incapacitantes de la Insuficiencia Renal Crónica

A medida que la enfermedad renal crónica progresa, los pacientes pueden experimentar una amplia gama de síntomas que pueden afectar gravemente su capacidad para trabajar y realizar las actividades diarias:

  • Fatiga y debilidad: La acumulación de toxinas y la anemia asociada a la ERC pueden causar un agotamiento extremo.
  • Problemas de sueño: Los trastornos del sueño, como el insomnio, son comunes.
  • Pérdida de apetito y pérdida de peso involuntaria: La falta de apetito y la malnutrición son problemas frecuentes.
  • Náuseas y vómitos: La acumulación de desechos en la sangre puede provocar náuseas y vómitos.
  • Hinchazón en las extremidades: La retención de líquidos puede causar hinchazón en las piernas, los pies y los tobillos.
  • Picazón y sequedad de piel: Problemas dermatológicos como picazón y sequedad pueden ser incómodos.
  • Cambios en la frecuencia y cantidad de orina: La función renal deteriorada afecta el equilibrio de líquidos y la producción de orina.
  • Dolor o presión en el pecho: La acumulación de líquido en los pulmones o el revestimiento del corazón puede causar problemas respiratorios y dolor torácico.
  • Hipertensión arterial: La insuficiencia renal a menudo se acompaña de presión arterial alta.
  • Anemia: La disminución de la producción de eritropoyetina por parte de los riñones puede provocar anemia.
  • Cambios cognitivos: La encefalopatía urémica puede causar confusión, problemas de concentración y cambios de personalidad.

Estos síntomas pueden tener un impacto devastador en la capacidad de un paciente para mantener un empleo y llevar una vida independiente, lo que justifica la concesión de una incapacidad permanente.

Criterios para obtener una incapacidad permanente por Insuficiencia Renal Crónica

Para que un paciente con insuficiencia renal crónica pueda reclamar una incapacidad permanente, debe cumplir con ciertos criterios establecidos por la legislación española. Estos criterios se basan en el grado de deterioro de la función renal y en el impacto que la enfermedad tiene en la capacidad laboral del individuo.

Incapacidad Permanente Total

La incapacidad permanente total suele otorgarse a pacientes con ERC en etapa 3, o en etapa 4 pero con una gravedad menor. Para obtener este grado, la enfermedad debe limitar significativamente la capacidad del trabajador para desarrollar su actividad laboral, especialmente en aquellas profesiones que requieren un esfuerzo físico continuo, como la construcción, la logística o la limpieza.

Incapacidad Permanente Absoluta

El siguiente nivel de incapacidad, la absoluta, está vinculado a pacientes con ERC en etapa 4 (grave) o etapa 5. En estos casos, la baja capacidad de funcionamiento de los riñones dañados hace necesaria la diálisis, lo que dificulta o imposibilita el desempeño de cualquier actividad laboral.

Gran Invalidez

En casos excepcionales, los pacientes con insuficiencia renal crónica en estado muy avanzado pueden llegar a obtener el grado de gran invalidez. Esto ocurre cuando, además de no poder trabajar, el paciente necesita la ayuda de una tercera persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria.

Es importante destacar que, en todos los casos, la concesión de la incapacidad permanente dependerá de una evaluación integral de las limitaciones funcionales del paciente, no solo de la etapa de la enfermedad renal. Los informes médicos detallados serán clave para demostrar la incapacidad laboral.

Grados de Discapacidad por Insuficiencia Renal Crónica

Además de la incapacidad permanente, los pacientes con insuficiencia renal crónica también pueden reclamar un grado de discapacidad, el cual se determina de acuerdo con el Real Decreto 1971/1999. Este grado de discapacidad se basa en los resultados de las pruebas de aclaramiento de creatinina realizadas por el nefrólogo, así como en la presencia de episodios recurrentes de afectación renal transitoria.

Los diferentes grados de discapacidad que pueden otorgarse son:

Clase I

Aclaramiento de creatinina superior a 50 ml/min, o episodios recurrentes de afectación renal transitoria que requieren atención médica menos de tres veces (o durante menos de 30 días al año).

Clase II

1 a 24% de discapacidad

Aclaramiento de creatinina entre 20 y 50 ml/min, o episodios recurrentes que requieren atención médica más de tres veces (o más de 30 días al año).

Clase III

25 a 49% de discapacidad

Aclaramiento de creatinina inferior a 20 ml/min, sin necesidad de tratamiento dialítico continuo. También se puede valorar un deterioro progresivo de la función renal en el último año, con aclaramientos entre 20 y 50 ml/min.

Clase IV

50 a 70% de discapacidad

Tratamiento dialítico continuo, o grado de discapacidad grave, con contraindicación de tratamiento sustitutorio.

Clase V

75% de discapacidad

Cumplimiento de los criterios de la clase 4, con un grado de discapacidad muy grave que implica la dependencia de una tercera persona para realizar las actividades diarias de cuidado personal.

Es importante tener en cuenta que el grado de discapacidad otorgado puede influir en la determinación de la incapacidad permanente y en la cuantía de la pensión correspondiente.

Compatibilidad entre incapacidad permanente por enfermedad renal crónica y el trabajo

En algunos casos, los pacientes con insuficiencia renal crónica pueden ser capaces de desempeñar un trabajo, siempre y cuando este se ajuste a sus limitaciones funcionales. La legislación española permite la compatibilidad entre la percepción de una pensión por incapacidad permanente y el desarrollo de una actividad laboral, siempre que se cumplan ciertos requisitos.

Incapacidad Permanente Total

Si se ha obtenido una incapacidad permanente total, el paciente puede trabajar en cualquier profesión diferente a la habitual, siempre que las tareas no sean las mismas que desempeñaba antes de la concesión de la pensión.

Incapacidad Permanente Absoluta o Gran Invalidez

En estos casos, la compatibilidad del trabajo con la pensión es más restringida. El paciente solo podrá desempeñar una actividad laboral en centros especiales de empleo, donde las tareas estén específicamente adaptadas a sus limitaciones y capacidades.

En cualquier caso, es imprescindible seguir los trámites administrativos correspondientes para poder compatibilizar el trabajo con la percepción de la pensión por incapacidad permanente. De lo contrario, podrían producirse problemas con la Seguridad Social.

Asesoramiento Jurídico y Legal

Navegar por el proceso de solicitud de incapacidad permanente y discapacidad por insuficiencia renal crónica puede ser un desafío complejo. Por ello, es fundamental contar con el asesoramiento de expertos en la materia.

Conclusión

La insuficiencia renal crónica es una afección debilitante que puede tener un impacto devastador en la capacidad de una persona para trabajar y mantener una vida independiente. Obtener la pensión adecuada puede ser un proceso complejo que requiere la presentación de una sólida documentación médica y laboral. Contar con el asesoramiento de expertos en incapacidades laborales y discapacidad es fundamental para maximizar las posibilidades de éxito.

Mediante una evaluación integral de las limitaciones funcionales del paciente, los tribunales y la Seguridad Social podrán determinar el grado de incapacidad permanente que corresponde, ya sea total, absoluta o gran invalidez.

En caso de necesitar asesoramiento jurídico, no dude en ponerse en contacto con nosotros, le guiaremos en todo el proceso.

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